Los Romanos, que dominaron la península ibérica desde el Siglo II a. C. hasta el Siglo V. C., han dejado en Getafe la huella de su civilización.
Hasta el momento se han encontrado restos romanos en la finca denominada Torre de Iván Crispín o La Torrecilla, en el este del término municipal, y en el barrio de San Isidro (Calle Sur).
Los restos romanos de La Torrecilla corresponden a una villa romana del Siglo II d. C. Las villas romanas eran mansiones señoriales que, generalmente, constituían el núcleo de una explotación agrícola. Por ello, la ubicación de la villa romana de La Torrecilla en esta zona del término municipal parece apropiada, ya que se encuentra en plena vega del río Manzanares, tierra apta para cultivos y pastizales. Además, esta mansión estaría próxima a una vía segundaria que, según algunos historiadores, comunicaría Segovia con Toledo, pasando por el puerto de la Fuenfría, Meaccum (posiblemente, Madrid), el término de Getafe y Titulcia.
Los restos romanos descubiertos en el casco urbano de Getafe en 1981, al realizar las obras de urbanización de la calle Sur, están constituidos por: recipientes de bronce (cuencos, pátera, acetres…) y de hierro (parrilla, llaves, cerrojo…); herramientas (un doble pico, un hacha-azada, una azuela-martillo, una hoz…); objetos de cerámica y dos monedas de Valentiniano (emperador romano de Occidente). Se trata, probablemente, de un ajuar funerario, aunque no han aparecido restos humanos.
Todos los objetos son de finales del Siglo IV d. C. o del inicio del Siglo siguiente y ponen de manifiesto las actividades agrícolas y artesanales de aquella sociedad tardo-omana.
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